Grup d'estudiants durant el tast a cegues de diferents varietats de tomaca (CRÈDIT: UPV)
El Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (IBMCP), centro mixto del
Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universitat Politècnica de
València, y el Instituto de Conservación y Mejora de la Agrodiversidad Valenciana
(COMAV) desarrollan, desde el pasado miércoles hasta mañana viernes 22 de julio en
las instalaciones de la UPV, la Traditom Kids Summer School, un proyecto de
divulgación científica cuyo principal protagonista es el tomate tradicional, junto con
otras variedades comerciales.
En el marco de la Escola d’Estiu de la Universitat Politècnica de València (L’ Escola del
Poli) tiene lugar este proyecto, dirigido a niños de entre 10 y 11 años de edad. A través
del juego, la manipulación y la experimentación, el objetivo de Traditom Kids es
explicar y concienciar a los niños sobre la importancia de la variabilidad genética, la
investigación y la conservación de los recursos genéticos, concretado en el caso del
tomate tradicional.
“Queremos que aprendan la importancia de la biodiversidad para la preservación y
continuidad biológica de las especies, así como que su mantenimiento es esencial para
la producción de alimentos y otros productos agrícolas y los beneficios que éstos
proveen para la humanidad, incluyendo la nutrición”, destaca Antonio Granell,
profesor de investigación del CSIC en el IBMCP y líder del proyecto TRADITOM.
Entre otras actividades, se lleva a cabo una cata a ciegas de diferentes variedades de
tomate. Según apunta Granell, uno de los principales problemas que presentan las
variedades comerciales es la pérdida de sabor. “En esta actividad, con los ojos
vendados con un pañuelo, los niños probarán y compararán trozos de variedades diferentes de tomates tradicionales y modernos y podrán comprobar las diferencias
entre unos y otros”, señala el investigador del IBMCP.
La actividad se completa con un test de percepción de sabor mediante tiras PTC y otra
prueba para evaluar el número de papilas gustativas de cada participante. “Para eso
teñimos de azul la lengua de los niños con una piruleta. Las áreas que no se tiñen de
azul son las papilas. Tomamos fotos de la lengua de cada niño y en base al número de
papilas los niños se clasifican como supertasters, tasters o nontasters”, añade Jaime
Prohens, director del Instituto de Conservación y Mejora de la Agrodiversidad
Valenciana (COMAV) y también participante en el proyecto TRADITOM.
Proyecto TRADITOM
El proyecto TRADITOM arrancó el pasado año y se extenderá hasta 2018. Su objetivo
es poner en valor la diversidad genética almacenada en las variedades tradicionales de
tomate y aumentar su resistencia, para que no se vean totalmente reemplazadas por
las técnicas de producción de cultivos modernas.
TRADITOM busca generar una base de conocimiento en torno a las variedades
tradicionales de tomate que explique, por ejemplo, por qué son mejores según los
consumidores que los cultivos modernos, y poder transmitir este conocimiento
científico a los agricultores que cultivan tomates.

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