El equipo del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (IBMCP), centro mixto del CSIC y la UPV, lleva trabajando desde hace más de 20 años en el estudio de los circuitos genéticos que controlan la floración en especies modelo, como Arabidopsis thaliana

¿Es posible consumir alcachofas frescas y de calidad durante todo el año? A día de hoy, no. Pero en no muchos años, no será tan descabellado. Y para conseguirlo y “revolucionar” así el cultivo de esta verdura, trabaja desde 2019 un equipo del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas, centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universitat Politècnica de València (UPV), junto con la empresa BASF Vegetable Seeds, líder global en el mercado de variedades hibridas de la alcachofa, con sede en Países Bajos. Los resultados obtenidos hasta ahora son más que prometedores y abren una vía a esa producción ininterrumpida a lo largo de todo el año.

“La alcachofa es una excelente fuente de fibras alimentarias y antioxidantes. Conseguir extender su producción, garantizando su calidad óptima, aumentaría la venta y consumo de uno de los alimentos más saludables de nuestra dieta, como es esta verdura. Y en ello es en lo que estamos trabajando ya más de 20 años en nuestra empresa”, apunta Peter Visser, director de I+D en alcachofa para BASF Vegetable Seeds.

En 2018, BASF Vegetable Seeds impulsó un estudio científico con el equipo de Francisco Madueño, investigador científico del CSIC en el IBMCP, para entender mejor las claves moleculares de la iniciación de la floración en alcachofa. El objetivo era poder seleccionar mejor aquellas fuentes de diversidad genética que existen en la naturaleza e incorporarlas en su programa de mejora genética de alcachofa, para avanzar así hacia esa meta de producción durante los doce meses del año.

“Nuestro objetivo es identificar genes que permitan seleccionar variedades de alcachofa precoces, con floración temprana, para conseguir un periodo de producción más extendido en el año, especialmente en las cosechas precoces de antes del invierno, sin tener que forzar la floración de la planta con reguladores de crecimiento, como se hace hoy en día”, señala Rick Berentsen, especialista en mejora molecular de la empresa BASF Vegetable Seeds. Para responder a este reto la empresa contactó directamente con el IBMCP.

El equipo de este centro mixto del CSIC y la UPV lleva trabajando desde hace más de 20 años en el estudio de los circuitos genéticos que controlan la floración en especies modelo, como Arabidopsis thaliana. “De estas plantas modelo ya conocemos muchos de los secretos de las rutas genéticas reguladoras de la floración y eso es la base para conocer el funcionamiento de dichas rutas en otras especies como, por ejemplo, la alcachofa”, señala Vicente Balanzá, investigador del CSIC, IBMCP.

Primeros resultados 

Y el trabajo conjunto entre el personal investigador del IBMCP y la empresa ha comenzado ya a dar sus frutos. Un estudio llevado a cabo por Rick Berentsen, de BASF Vegetable Seeds y ahora estudiante de doctorado en el IBMCP (supervisado por Vicente Balanzá, Francisco Madueño y Reyes Benlloch – actualmente, profesora, investigadora y líder del SignalFlow Lab, Universitat de València), concluye que mientras que en las variedades tardías de alcachofa la vernalización –tratamiento durante un tiempo prolongado en condiciones de frío para acortar el periodo vegetativo de las plantas- adelanta la floración significativamente, en las variedades tempranas no tiene efecto.

“Es la primera vez que se estudia la regulación de la floración en alcachofa controlando la temperatura mínima durante todo el ciclo de la vida de la planta y utilizando una aproximación genómica. Para identificar los genes que determinan que una variedad de alcachofa sea precoz, hemos intentado confirmar si el frío es necesario para la floración y hemos podido mostrar que la respuesta al frío de las variedades precoces es claramente distinta a la de las variedades tardías. Ahora, nos centramos en identificar los genes responsables de esa respuesta a la vernalización, con la vista puesta en un futuro, en el que los inviernos serán cada vez más cálidos y las plantas tendrán que responder a ese nuevo escenario”, destaca Reyes Benlloch.

En este estudio, el equipo del IBMCP-BASF Vegetable Seeds está usando la genómica para medir la expresión de todos los genes de más de 380 plantas de variedades tempranas o tardías –en total ha analizado la expresión de varios millones de genes-, sometidas o no a vernalización, en muestras que ha recogido a lo largo de tres campañas de cultivo. Este análisis masivo, que se está realizando en colaboración con la profesora de investigación del CSIC Ana Conesa, líder del laboratorio de Genómica de la Expresión Génica-I2SysBio (CSIC-Universitat de València), debería permitir identificar genes que controlan la floración en respuesta a la vernalización en alcachofa.

“Ya hemos identificado algunos muy prometedores, pero es necesario más tiempo y validación para estar seguros de que sean verdaderamente interesantes”, apuntan Reyes Benlloch y Rick Berentsen. En este sentido, Francisco Madueño y Peter Visser concluyen que el camino para obtener variedades de alcachofa que no necesitan mucho frío en otoño es aún largo, “y todavía más nuestra visión o sueño de crear un abanico de variedades para cubrir una producción doméstica durante todo el año, pero ya hemos dado los primeros y prometedores pasos”.

Ciclo CIDE 25 aniversario

Un equipo del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (IBMCP, CSIC-UPV), junto con la empresa BASF Vegetable Seeds, trabaja desde 2019 en conseguir una producción de alcachofa fresca y de calidad todo el año.

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